miércoles, 13 de abril de 2011

SEMBLANZA DE DON PRIMO ALBERTO PATERNINA OLIVERO FILANTROPO Y PIONERO DEL PORRO PELAYERO.

Músico, compositor, filántropo y pionero del folclor pelayero. Fue un gran gentil y noble embajador de su pueblo, llevando por todas partes por donde anduvo , su grandeza, su hidalguía, su don de gentes pero, sobre todo su obra musical. Esa que le arrancaba en los momentos de inspiración, a su cornetín, el que empezó a ejecutar a la edad de trece años. La obra musical que dejó el Primo, lo hacen uno de los personajes más relevantes en la memoria histórica de su tierra natal, del folclor sinuano y por ende, del colombiano en general.

Hijo del gran ilustre colonizador, comerciante y músico sabanero, venido de Sincelejo,( Sucre), Leonidas Paternina Martínez ( quien organizó el primer conjunto gaitero en San Pelayo y murió en el año 1912 , fue la voz de aliento y el guía que inspiró al Primo para que, junto con sus hermanos y otros músicos del pueblo y de la Región, organizaran la primera Banda de Músicos en San Pelayo la cual se dio hacia 1905-1906 ) y de Josefa Olivero, el Primo Paternina nace un 18 del mes de agosto de 1892, en un hogar en donde las buenas costumbres y los valores fueron los principios que guiaron la formación del Primo y de sus hermanos y hermanas.

A la muerte de su padre y, a la edad de 20 años, toma las riendas de la familia Paternina Olivero y empieza a responder por ella , aunque el mayor era su hermano Leonidas. El se caracterizó por ser el líder y cabeza de familia y, asi con los productos que le daba la tierra, el comercio y con eso que fue su pasión y que por sangre y tradición ya lo traía: la música. Su hermano menor Julio, contaba solo con cuatro (4) años cuando quedaron huérfanos de padre y, él empezó a tocar la trompeta a la edad de 15 años , es decir, hacia el año 1923, por insinuación de su hermano y Director de la Banda Ribana Primo Paternina. Al Primo no se le quitaba del pensamiento esos ritmos sonoros que oía de su padre y las dulces danzas que bailaban las mujeres, cuando el conjunto se reunía en la esquina de su casa diagonal al parque principal, de la parte atrás del lado occidental de la iglesia debajo de un palo de totumo que allí existía y, al son de tamboras, redoblantes y gaitas, tocaban las retretas pelayeras todos los fines de semana después de las duras faenas del campo. En esas lides afinaron sus oídos los hermanos Paternina Olivero. El Primo contaba que, cuando oía tocar a su Padre y al ver que la gente rodeaba al conjunto y empezaban a ejecutar las melodías que su Papá componía o le sacaba a la gaita, se le ponían los “pelos de punta” . Esos acordes musicales se expandían por todo el pueblo y la gente al son de ellos y del palmoteo, se reunían a su alrededor para oírlos o para bailarlos. Desafortunadamente, la memoria histórica no guarda esos hechos ni la de los nombres de los integrantes de la agrupación musical, ni los de las melodías musicales que ejecutaban pero, son las mismas que después tocaron el Primo Paternina y sus hermanos juntos con los primeros integrantes de la “Banda Ribana”, porque ellos lo que hicieron fue agregarle los nuevos acordes musicales con los instrumentos de viento que habían adquirido y que su Papá, quien murió en el año 1912, los guió en sus arreglos. De pronto las investigaciones que realizaron los historiadores, no apuntaron o no apuntaban a descubrir o resaltar la verdadera historia musical de San Pelayo si no más bien, se dedicaron a enaltecer o encumbrar personas que poco o nada tuvieron que ver con los antecedentes y origen del porro pelayero.

Los “toques” que realizaban en los pueblos cercanos y lejos de la región Sinuana, de la sabana Bolivarense y pueblos costaneros de Antioquia, eran unas verdaderas fiestas. Los agasajos se asemejaban a los que les hacían a los políticos o a la llegada del cura del pueblo. Una vez cuando fueron a tocar unas fiestas en Planeta Rica, contaba el Primo, el medio de transporte por lo general eran los caballos y mulas que cargaban los pertrechos y equipos musicales, se encontraron con unos ganaderos de la región , quienes le pidieron que les tocara una parranda en una de las finca de ellos. Esta duró casi tres días y, al cabo de ella los músicos no se podían levantar de las hamacas y camas donde se encontraban acostados.

Cuando estaban tocando unos fandangos en la Madera, corregimiento de San Pelayo, llegaron varias personas montadas a caballo a su casa de San Pelayo, contó su esposa Juanita, y le preguntaron que si en Pelayo había fiestas porque en Carrillo se oía clarito el sonido del cornetín del Primo, a lo que ella les contestó que no, que él estaba tocando era en la Madera.” Es que cuando el Primo tocaba se sabía, porque se oía en toda la región”, decía la gente en ese entonces, corroborando con esto lo que decia el Primo que a él le gustaba más el Cornetin que la trompeta, que tambien ejecutaba, porque aquel le daba un sonido más agudo y alto a sus toques.

Vivió en la casa Paterna hasta cuando se casó, junto con sus otros hermanos, seis varones: Leonidas, Gabriel, Martín, Pedro, Julio y él; y cinco hembras: Fulgencia,Manuela, Herminia, Rosaura y Dominga, todos fallecidos. Los hermanos varones todos murieron en San Pelayo, de las hembras , tres murieron en su Pueblo natal y solo dos fuera de él : Herminia quien murió en Barranquilla y Rosaura en Cartagena donde vivió casi toda su vida. Después se fue a vivir a la casa que construyó en un lote o solar que le compró a Minerva Muñoz Peña, y que queda en la esquina oriental de la calle real frente a la iglesia a la entrada del pueblo y que hoy se encuentra nomenclada con la siguiente dirección: carrera 7 número 7-16.
Estudió la educación primaria en su pueblo natal pero, las primeras letras las aprendió de su Madre. Desde muy temprana edad demostró la facilidad para la ejecución de la música de viento; esto, porque ya había afinado su oído musical con .los instrumentos rítmicos que ejecutaban el conjunto de Gaita de su Padre Leonidas. El se hizo solo por su propio esfuerzo desde que aprendió a ejecutar el cornetín, instrumento musical de una tonalidad aguda(alta) pero, de aspecto físico más pequeño que la trompeta , la cual también aprendió a tocar pero no la utilizaba en sus toques porque tenía un sonido más grave que el cornetín , a quien le sacaba las notas mas agudas para que se oyeran por toda la región, como él mismo lo sostenía. Por los años cincuentas, entró a trabajar como administrador del matadero Municipal, esto fue después que dejó de tocar con la Banda Ribana, a quien le dedicó 36 años de su vida como Director de la misma y después siguió unos años mas como integrante de la Banda. Para esos tiempos, alternaba este trabajo con la agricultura y la pequeña ganadería. Cuando cultivaba el algodón, la mayoría de las veces se asociaba con otras personas como: el Doctor Azael Negrete Babilonia, el señor Joaquín Valdivieso entre otros. Esos cultivos al igual que otros como, yuca , maíz, ñame..etc. generalmente los hacía en los predios que hoy ocupa el colegio de bachillerato “ JOSE ANTONIO GALAN”, y que más tarde el Primo le cedió al Municipio a través de una venta muy cómoda, por petición del Alcalde de ese entonces, ya que era el lugar más apropiado por su ubicación estratégica , porque ya se preveía el crecimiento de la cabecera Municipal hacia ese sector.

En esas labores, tanto las agrícolas como la administración del Matadero, nosotros, Jaime, Edgardo y yo le acompañábamos siempre, ya que si no lo hacíamos, no nos daba para los frescos de leche con vainilla que todos los fines de semana íbamos a tomar a la fresquería del “Cabito” Cogollo.

Por esa época, ya había comprado la casa en Montería, la cual quedaba en la carrera 5 número 38-28 del barrio Nariño, cerca de la plaza” Montería Moderna”, donde se hacían las famosas corralejas del 20 de enero, hoy esta plaza está convertida en un parque . Esta plaza fue donada al Municipio de Montería por don Lázaro Pérez a principio del siglo pasado, para que allí se hicieran las festividades taurinas. Esa casa la adquirió por la necesidad que tuvo para que sus nietos, los hijos de Elvia Rosa su hija mayor del matrimonio con Juanita, a los cuales él adoptó como sus hijos y que fueron criados bajo su tutela, fueran a estudiar a Montería, porque en San Pelayo no había colegio de Bachillerato. Esto influyó en él, para que le aceptara al Alcalde, la construcción del colegio en sus terrenos, el cual colindaba con las tierras de sus otros hermanos.

No concibo al Primo Paternina sin estar siempre moviendo los dedos de su mano derecha, cuando iba caminando o cuando se paraba en los pretiles de sus casas, en Montería o cuando estaba en San Pelayo, a tararear las melodías que él había compuesto con sus hermanos de la banda Ribana y que siempre las recordaba, ya que ellas formaban parte de su historia musical y familiar. Estando en esas, yo le preguntaba que por qué movía los dedos índice , medio y anular, hacia abajo y hacia arriba, hacía atrás y hacia adelante, él me contestaba que era una manía que le había quedado de tanto ejecutar el cornetín en las fiestas, fandangos y corralejas, bailes populares y bailes sociales en los clubes de Montería y otras ciudades de la de la Región Sinuana y fuera de ella, por casi cuarenta y ocho años (48) , 36 años como Director de la banda “Ribana” y doce años (12) mas en toques esporádicos como músico de la misma, es decir, no tocó en otra Banda sino, en la que él había fundado con sus hermanos y amigos del pueblo y que su Padre le ayudó a construir con su apoyo moral y espiritual porque el pueblo la necesitaba. Aquí fue donde empezó la dura tarea de cargar con el peso de sacar a su Madre y hermanos adelante y el cual lo hizo con su trabajo de comerciante, agricultor y músico, tareas que combinaba perfectamente sin desatender a su familia. Por esa época sus hermanos Leonidas y Gabriel tocaban sus instrumentos musicales y a Martín y Pedro los orientó para que también ejecutaran algún instrumento musical y así lo hicieron. Su hermano menor Julio, quien fue Personero y Alcalde del Municipio por varios periodos, su Padrino un señor de apellido Hernández, se lo llevó a vivir a su casa que quedaba del otro lado del río Sinú, desde los cinco o seis años hasta la edad de doce o trece años aproximadamente, tiempo en el cual regresó a la casa Materna al lado de sus hermanos. A la edad de quince años, aproximadamente, empezó a ejecutar la trompeta animado por sus hermanos y de la mano del “Negro “ Sáenz.

El Primo, se caracterizó por ser amable, afable, buen amigo y sobre todo, buen anfitrión. En su casa de San Pelayo, la que algún día se debe declarar , por parte del gobierno Municipal, “Patrimonio histórico y cultural del Municipio”, y después convertirla en la “ Casa Museo del Porro Pelayero” y así, no solo honrar sino desagraviar con ello, el buen nombre del Primo y de su Padre y de sus hermanos y, demás personas que integraron esa primera banda como pioneros del Porro Pelayero sino también, hacerle honor a esa gran gesta histórico-musical y cultural que se dio en el Municipio; se convertía a veces, en una especie de parqueadero de animales y alojamiento de las personas que venían de la “Montaña” o pueblos circunvecinos de la Madera, Moñitos, etc. e iban para Cereté o Montería. Contaba mi Madre, que Noel Petro, el cantante y torero, cuando venía de Buenos Aires e iba para Cereté o Montería, allí dejaba amarrado en un palo de guásimo que quedaba junto a la cocina, su “Burro Mocho”. Esa casa con su patio, estaba conformada en su totalidad por las que hoy ocupan los hijos de Rodrigo Paternina músico, hijo del primo, la de Adela López , en donde hoy hay una tienda en toda la esquina de la entrada al pueblo y al lado de ésta , se encuentra la propia casa en donde vivió el Primo.

Aunque su instrumento era el cornetín, en ocasiones también tocaba la trompeta cuando tenía oportunidad para ello. El Primo fue, junto con su Papá y hermanos, el semillero y derrotero musical de su pueblo. Ellos aportaron lo mejor con sus improvisaciones repentistas (improvisadoras) a la creación del gran ritmo musical de San Pelayo: el Porro Pelayero y a la creación de la primera banda de músicos de viento la “Banda Ribana de San Pelayo”.

De los hijos que tuvo, solo dos fueron músicos : Gabriel y Rodrigo de Bastidas; el primero tocó el bugle, instrumento raro y que nadie, nunca mas ha tocado en esa región y, que Julio Paternina su Tío, al no poder sacarle los tonos al instrumento que había comprado en Cartagena junto con otros,( año 1936 aproximadamente) le dijo: “ Sobrino, toma este instrumento a ver si tu lo soplas “, a lo que él le respondió: “Déme para ver Tío”, y cual sería la sorpresa de su Tío , que enseguida el “Indio”, como cariñosamente lo llaman, le cogió la melodía de algunos porros; y Julio Paternina le dijo, “Bueno sobrino ese es el tuyo”; el segundo, quien ejecutó el Tas Tas o trombón el que después de sufrir un accidente por el año 1972 cuando venían de un toque de Lorica al lado del director de la banda Bajera Baltazar Méndez Garcés, quien murió en él, dejó de tocar por un largo tiempo. Gabriel nació en el año de 1918 y todavía vive al lado de su esposa e hijos al otro lado del cañito en San Pelayo, es decir, tiene hoy día noventa y un (91) años y todavía recuerda algunos pasajes de su vida musical que fue corta por un accidente físico-neurológico que tuvo. Rodrigo nació en el año 1922 y murió en el año 1997 después de tener un sangrado o hemorragia intestinal causada posiblemente por una úlcera estomacal.
Juanita Tomasa Noble Ramos, esposa del Primo, mujer noble como su apellido, fiel y bondadosa a los quehaceres de su casa y responsable con lo que hacía, y quien en las horas de las tardes se dedicaba, sentada en un taburete en el patio de su casa en San Pelayo, a ahumar totumos , largos y redondos, y a extraerles con una cuchara las “tripas” o partes interiores de los mismos para después hacer con ellos cucharas ,totumas y figuras artesanales las que dibujaba con la punta de un cuchillo dejando ver en ello la gran habilidad artística que poseía. En ocasiones se iba con el Primo para la casa que tenían en Montería, alternando así su estadía entre ésta casa y la de San Pelayo. Murió en el año 1982 en su casa al lado de su hija Elvia Rosa. Recuerdo cuando se levantaba en las horas de la madrugada a tostar y moler café en una piedra cóncava grande y en donde con una piedra mas pequeña y filosa en las puntas, le hacia presión sobre los granos tostados del café, con el cual ya molido, le hacia al Primo el mas delicioso tinto el cual se lo tomaba acompañado con unos casabes que le traían de Ciénaga de Oro.

En su casa de San Pelayo, funcionó por primera vez el servicio telefónico de larga distancia “Telecom”. Este se prestaba a través de un aparato el cual estaba adherido a un poste u horcón en la sala de la casa, y de allí se desprendía un auricular y la bocina los cuales con la mano izquierda se tomaba el primero y se ponía en el oído y con la mano derecha el segundo para conversar. Esas llamadas eran tortuosas en el sentido de que se demoraban hasta dos horas para hacer el contacto con el pueblo a donde se estaba llamando; y cuando se recibía la llamada, había que esperar otro tiempo mas para buscar a la persona que llamaban si era que se encontraba en el lugar. Ese servicio de telefonista, fue prestado por Elvia Rosa, hija del Primo, por mas de catorce años (14). Después fue trasladado para las dependencias de la Alcaldía, y allí empezaron a funcionar simultáneamente, el servicio telefónico y telegráfico prestado por Telecom.

El Primo siempre tenía una voz de aliento para sus hijos y nietos a los que adoptó como legítimos y al igual como cuando se hizo cargo de sus hermanos y de su Madre cuando su Padre murió, fueron creados con gran esmero y educación, previendo en todo momento que no les faltara nada. Una vez contó una anécdota que, cuando a Rodrigo su hijo, lo mandó a estudiar a Cartagena , por los años 42-44, para que terminara su bachillerato y, después de haber finalizado el año escolar, lo fueron a esperar al puerto de Carrillo con la banda de músicos porque él le había mandado a decir que ya se había graduado y, cual sería la sorpresa cuando salió para bajarse del barco que lo había traído, apareció borracho y con una mujer mona al lado de él. Ese fue el diploma que le trajo. Enseguida la banda dejó de tocar y el Primo le dijo:” Desde ahora en adelante no habrá mas estudio y empezarás a trabajar” . A partir de ese momento empezó a aprender a tocar el Tas Tas o trombón y así fue como se volvió músico, por accidente, porque el Papá no quería que fuera músico como él sino, un profesional universitario y de la Universidad de Cartagena. Al Primo le dio tan duro por el gran esfuerzo económico que él había hecho porque ,por ese entonces era raro que un padre de familia mandara a un hijo a estudiar a otra Ciudad de Colombia , y él se había dado ese lujo al igual que lo hizo con Silvano su nieto, que lo mandó a estudiar a la ciudad de Corozal (Sucre), después que habían cerrado el “Marceliano Polo” en Cereté donde estaba estudiando.

Después que el Municipio adquirió el terreno para construir el colegio de Bachillerato , el Primo siguió con la tienda o estanquillo, a hacer negocios viajando entre Pelayo y Montería , en donde se encontraba esporádicamente con Alejandro Ramírez . Un día cualquiera del año 1970, al cruzar de la sala para el patio en su casa de Pelayo, pisó mal, tropezó y se cayó, fracturándose el hueso fémur de la pierna derecha. A partir de ese momento empezó la lucha por sobrevivir sin poder caminar y solo permanecía tendido en su cama o sentado en una mecedora de hierro a la que él le puso el nombre de helicóptero por la forma redonda como estaba hecha, haciendo remembranza a los que él había visto cuando iban a fumigar el cultivo de algodón que hacia todos los años.

Una vez, el maestro de música Baltazar Méndez Garcés, y quien por esa época era el director de la Banda Bajera de San Pelayo , llegó a su casa y le manifestó que , si no iba a hacer algo para recuperar la autoría de los porros que él había hecho, pero que estaban apareciendo en los discos grabados con el nombre de Alejandro Ramírez y otros músicos de la región , a lo que él respondió: “ Y qué puedo hacer Baltazar , mis porros con sus historias siempre estarán allí como la naturaleza misma, ellos tienen mi sello, ese estilo propio que yo les impregné. Imagínate que me contaron” , continuó diciendo el Primo sentado en su taburete de cuero el cual estaba recostado en un horcón de la casa de palma,..”.que por ahí vino un tipo de Cartagena mandado por Pedro Laza para averiguar sobre algunos porros que tenían fama por allá y que él los quería grabar; y como Alejandro estaba en Pelayo ese día , yo me encontraba en Montería, eso fue por los años 1959-1960; le dijo al tipo que el “Binde” era de él. Yo hablé con Alejo después en la casa de Rómulo su hijo el barbero en Montería, y le reclamé ese episodio y, él me dijo que eso no iba a pasar nada , que solo era porque necesitaban un autor porque iban a grabar y el porro no podía salir sin autor, porque la casa disquera así lo exigía..” También recuerdo, que una noche cualquiera en la casa de Montería, del año 1964-1965, después que la Banda Bajera grabara el segundo disco o LP. “Retreta Pelayera”, fueron unos periodistas de la Emisora “Radio Cordobesa”, y le hicieron una entrevista al Primo Paternina sobre todo su andar como músico y compositor de porros y creador de la primera banda que nació en San Pelayo.. (Espero que si algún periodista de los que hicieron esa entrevista, está vivo y si conservan esos casettes o cintas magnetofónicas, nos lo haga saber, ya que allí hay de la voz del Primo Paternina, historias contadas sobre la música Pelayera; y así se acabaría con muchas imprecisiones que hoy se ha contado sobre esos porros y la tradición musical de la música pelayera.

Estando el Primo, en ese diario trajinar: de la cama a la sala, de la sala al patio, del patio al cuarto,..una vez cuando se iba a levantar para sentarse en la cama, por el esfuerzo que hizo se le produjo el estrangulamiento de la hernia, hecho este que lo hizo recluir por unos días en el hospital San Jerónimo de Montería, en una pieza de pensión entera , en donde lo operaron, pero esto no sirvió de mucho porque nunca mas se levantó de la cama en donde estaba postrado . Murió en la noche del 23 de octubre de 1973, en compañía únicamente de su inseparable hija Elvia Rosa como él la llamaba y sin haber dejado un legado escrito porque creíamos que nunca se iba a morir. Pero la infamia prepotente no podrá acabar con ese patrimonio histórico que le dejó a su familia y al pueblo Pelayero. Su cadáver fue llevado en las horas de la madrugada a su casa ded San Pelayo y el encargado de dar tan infausta noticia a su querida Juanita fui yo. Ustedes no saben cuan grande fue mi dolor al presentarme en la casa y abrazar a mi abuela, a esas horas de la madrugada para decirle: “Mamá Juana, mi Papá murió”, porque así lo llamábamos todos los nietos que fuimos criados por él. De inmediato la noticia se regó por el pueblo y en poco tiempo la casa se vio colmada de una romería de gente venidas de todas partes del pueblo. Ese pueblo a quien tanto él le dio y que siempre lo recordará aunque algunos pocos lo traten de opacar pero, quien tiene luz propia brilla por si sólo. El entierro se realizó al día siguiente en las horas de la tarde, en medio del llanto y del dolor de sus seres queridos y del pueblo en general. Sinceramente, aquí me declaro con disfasia porque no encuentro las palabras para construir frases que describan ese magno acontecimiento. Al entierro asistieron todos sus hermanos y hermanas que aún vivían fuera del pueblo. Asistió gente de toda la Región de la Costa Caribe, ondeando pañuelos blancos y, la Banda de músicos entonaba los porros que él había compuesto y ejecutado por todos los confines de la región. También la Banda entonó una marcha fúnebre encabezada por la trompeta ripiá de Julio Paternina su hermano menor. Durante los nueve días de su velorio, desfilaron toda clase de personas y personalidades : amigos, músicos de toda la comarca , los Burgos de Ciénaga de Oro y de Lorica; los Pineda González y Pineda Cabrales de Montería , los García de Cereté,, los Sánchez de Lorica, etc. El velorio se tornaba en un evento en donde todas la noches , los asistentes, además de contar cuentos, chistes y degustar los famosos tintos hechos en fogón de leña, amanecían hasta las cinco de la mañana orando y contando anécdotas del Primo y de sus toques por toda la región del Sinú. Todas las noches venía alguien distinto a narrar sus vivencias como persona y como gran músico que fue.
¡ Paz en su tumba y gloria en la tierra por la gran gesta que llevó a cabo en su pueblo natal!
¡ Primo Paternina Olivero, nunca lo olvidaremos! .

2 comentarios:

  1. Excelente historia. Me aclaró mucha información sobre mi familia ya que mi madre Adolfina Reyes Olivero era prima hermana del Primo y de Julio Paternina Olivero ya que su madre Ester Olivero era hermana de Josefa Olivero la madre del Primo y de Julio entre otros.

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  2. ¡Qué gran artículo! Muchas gracias por permitir apropiarme de esta sabiduría excelente para promover y difundir este legado y patrimonio musical que nos dejó el eximio e ilustre compositor Primo Paternina Olivero, imposible de borrar y olvidar. Un gran abrazo desde la isla de San Andrés.

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